martes, 8 de noviembre de 2016

UN MUSEO EN LA VALIJA






A Ferrowhite llegan visitantes de todas partes pero últimamente, además, el museo va de visita. Viajamos a México convocados por la Asociación de Museos de ese país para formar parte de las jornadas "El museo participativo". Algunos días más tarde, nos sumaremos a "Caos en el Museo", un encuentro organizado en Buenos Aires por la Fundación TyPA, la Universidad de California Davis, la escuela Central Saint Martins de Londres y la Universidad George Washington, donde profesionales de todo el mundo abordarán la relación entre museos y espacio público (http://caosba.com).

En la valija llevamos preguntas: ¿Es el museo una institución apta para imaginar nuevas formas de vida en común? ¿Y si los museos no fueran sólo un lugar sino además un vehículo? También van algunas herramientas. Útiles forjados en casa que nos gustaría poner a prueba en territorios extraños, para crear uno, dos, muchos museos a partir de lo que cada cual trae en los bolsillos o encuentra a su paso. Pequeños museos del vagabundeo que acaso servirán para reflexionar un poco sobre las operaciones que dotan de sentido y valor a todo eso que consideramos "patrimonio público".

Pero ¿por qué un museo comunitario sale de viaje? Quizás porque la comunidad de la que tanto hablamos no coincide con un territorio específico sino que adquiere forma a partir de un orden de relaciones considerablemente más complejo, con idas y vueltas, en el que la palabra "comunidad" funciona menos como un sustantivo que como un verbo, como una tarea por hacer en un territorio a descubrir.

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