miércoles, 29 de abril de 2009

LOS CANGREJOS POR LAS CALLES DEL BULEVAR

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El primer afiche textil quedó adentro de la escuela, esperando que en los recreos los chicos se empiecen a enterar: la directora de la escuela dijo que las chicas de 7mo iban a tener que empezar a contarles a los demás compañeros.
El segundo, en la garita de la 500 cerca de la escuela. Los clavos no querían clavarse.
Y el tercero, en la salita médica de Bulevar.




miércoles, 22 de abril de 2009

LAS TINTAS SE ASOMAN POR EL TALLER...

¡y los cangrejos empiezan a aparecer!

Los afiches textiles están casi listos: las impresiones en serigrafía de las chicas salieron muy bien, todas se animaron a probar.




Ahora sí, solo resta salirlos a pegar por Bulevar y White.

domingo, 19 de abril de 2009

LA MAZA EN LA CARTUCHERA


Ferrowhite invita a alumnos y docentes de todos los niveles a recorrer el museo para trabajar con la historia del ferrocarril, el puerto y la ciudad.

Galpón Locomotoras de Ing. White, Mecánica Muelle, Talleres BBNO, Maldonado, Spurr... ¿Dónde estaban los talleres ferroviarios?
¿Cómo se organizaba esa estructura “fabril”?
¿Qué herramientas se usaban?
¿Cómo se organizaba un reclamo? ¿y una huelga?
¿Por qué los talleres se redujeron, reconvirtieron o cerraron?

Para empezar entonces, Ferrowhite propone recorrer un taller: el espacio, el olor, la textura del piso, la luz, la temperatura, las bases de las máquinas, los caños de los cables eléctricos, el almacén, la ventana de la oficina del jefe en el piso superior de este edificio que fue el taller de mantenimiento de la usina.

Y para seguir, herramientas, fotos y planos, proyecciones, entrevistas y testimonios, para trabajar todos juntos poniendo manos y cabeza en funcionamiento.

viernes, 17 de abril de 2009

UNA REMERA, DOS AFICHES

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¿Qué taller es aquel donde un encuentro se dibuja un colectivo y al siguiente se empapela una caja con el lugar que más les gusta? ¿Qué tipo de taller? ¿Es un taller de plástica? ¿Es un taller de miradas? ¿Es uno o son muchos talleres?

De a poco, vamos a ir contando.

El martes y el jueves, Maira, Mariana, Stefy, Mica, Paola y Sabrina (el equipo del taller)estuvieron diseñando y confeccionando los afiches textiles para dar a conocer el taller.


Pensaron las consignas, dibujaron letras gordas (calables), recortaron las plantillas, y, cuando las tijeras pudieron descansar un rato, las telas, las esponjas y los acrílicos tomaron protagonismo.

Entre mates y dedos manchados con pintura, los primeras telas empezaron a terminarse (decoradas con corazones de paño y parches de cuadrillé). Cuando los afiches textiles estén listos (quizá ya el martes empezamos a imprimirles los cangrejos en serigrafía) saldremos a colgarlos por el barrio,en la escuela y en algunas paradas de la 500.




viernes, 10 de abril de 2009


Mientras a fines de siglo XIX los periodistas sueñan un futuro maravilloso para Bahía Blanca y su puerto, un italiano que viene a trabajar aquí como peón de campo y ferroviario anota en una libreta día por día qué hace, qué come, cuánto dinero ahorra, quiénes son sus compañeros de trabajo, y quién el capataz que los maltrata.
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Frente a la Bahía Blanca que periodistas e intelectuales imaginan llena de fuentes de agua cristalina, parques frondosos, fábricas y miles de prósperos agricultores, aparece la Bahía Blanca por la que deambula Giretti buscando alguien que le acomode su hueso roto, alojándose en fondas atestadas de inmigrantes dispuestos a trabajar de lo que sea.
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Frente a esos sueños en los que la riqueza fluye "naturalmente" y sin conflictos, la tensión de las relaciones de trabajo: peones, chacareros - arrendatarios, contratistas, capataces, máquinas que se rompen, jornales que no se pagan, abusos que no se toleran así no más.
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Frente a la letra de molde, la escritura manuscrita.

Con estos dos libros publicados en 2008, “Cómo era Bahía Blanca en el futuro” y “Las libretas de Geniale Giretti”, Ferrowhite invita a leer, a pensar y a recorrer la ciudad y el museo rastreando:

- en el presente los restos de la ciudad soñada,
- en el pasado los sueños, los que hoy nos constituyen y los que nunca llegaron a concretarse
- y en los sueños del presente un espejo para tratar, aunque sea a contraluz, de ver y entender cómo son las cosas hoy.
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sábado, 4 de abril de 2009

FW EN (lo que queda de) TALLERES NOROESTE

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Da pena ver este lugar así.
Pero nosotros no fuimos a llorar sobre edificios derruidos.

A lo largo de estos años hemos entrevistado a muchos de quienes trabajaron en estos talleres. Queríamos atravesar el portón de ingreso, ir de un galpón a otro y caminar por la playa de vagones para conocer sí, y fundamentalmente para ajustar nuestra capacidad de escuchar y entender tanto los relatos que ya hemos escuchado como los que vamos a seguir oyendo. El otro día nos guió Mario de Simón, jefe del taller desde 1982 hasta la privatización.

Pudimos ver el ingreso:


la oficina del jefe, la oficina del "progreso" y la secretaría:


el galpón de la herrería; y al fondo los restos de la caldera sobre la que estaba el "pito del Noroeste":

el mecanismo giratorio que permitía mover ejes de un galpón a otro:

la base del torno polaco intalado en la tornería:

el galpón de montaje:
la playa donde se reparaban o construían vagones que en otra época estaba llena de rieles, con el "árbol de los asados" al fondo:

Mario no había vuelto a los talleres (es más, dice que trataba de no pasar siquiera por esas calles). Y sin embargo, aunque en un primer momento lamentó ver todo en este estado, a medida que caminábamos no hacía más que nombrar y recordar a las personas que trabajan ahí: "es como si los estuviera viendo" decía. "Este portón lo hicieron los de calderería, con tubos de calderas en desuso"; "para instalar el torno polaco tuvimos que organizarnos entre nosotros, para hacer esas bases"; "la subestación transformadora fue todo personal del taller que la hizo". Y recordó a un ferroviario amante de la música que siempre hablaba de Toscanini y comparaba el taller con una orquesta.
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Elegí fotos donde estamos nosotros todo el tiempo (y no las "románticas" imágenes de imponentes y solitarios edificios en ruinas cubiertos de vegetación exuberante) porque los tubos del portón de entrada, la ubicación de una base de algo para nosotros irreconocible, un árbol fueron disparadores de recuerdos, de relatos, de asociaciones que en charlas previas no habían salido. El otro día fuimos con Mario e hicimos con él un recorrido por el taller; podríamos volver con otros de los miles de ferroviarios que trabajaron ahí, y ver qué sale.
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(Las fotos son de Analía Bernardi, salvo la del galpón de montaje, que es un fotograma de video de Nicolás Testoni.)

miércoles, 1 de abril de 2009

LAS CHICAS NO SE ACHICAN: ENTRANDO EN CALOR

Ayer, pasadas las cinco y media de la tarde estábamos despidiendo a las chicas del Bule en la puerta exterior del museo, Yanet y Luciana, las chicas de Loma, se apretaron con nosotras (Silvia, Anita y yo) en el auto de Male. Hasta que las dos se bajaron en Villa Rosas, fuimos recordando momentos compartidos en las últimas dos horas. Quizá, por su parte, Stefy y Maira (que salieron caminando derechito del museo, como por donde va la 500) también fueran contándose mutuamente lo que habían visto y hecho estos días y en el taller. Quizá Stefy le contó a Maira cómo Firpo la defendió de la perra del museo que la asustó un poco al entrar. Quizá Mariana, que se fue caminando sola, bordeando la ruta como para la termo, fuera pensando qué era todo lo que se había charlado y dibujado.

Quizás, no. No vamos a poder saber en qué iban pensando las chicas mientras se volvían a sus casas, o qué contaron en sus casas cuando llegaron.

Pero sí podemos volver a recorrer cuáles fueron las acciones que se desarrollaron en la fresca tarde del martes.

La primera en aparecer fue Stefy (sin Brian, que sale a las cuatro de la escuela), al mismo tiempo que Maira pedía que la fueran a buscar a la casa: menos mal que Mariana la había pasado a buscar, porque Maira no se acordaba que hoy tenía taller. En la escuela, hoy, habían hablado algo nuevamente pero muchos de los varones no se animan a venir porque el grupo ahora es de todas mujeres. Maira y Mariana llegaron casi juntas con Yanet y Luciana, que se vinieron en la 500. Cuando ya estábamos por empezar, salió Sabrina y, gratamente, se nos sumó.

A la par de unos mates dulces (gracias al azúcar de Zulema), las palabras de Anita fluyeron en la caminata por el parque: todo el espacio exterior del museo, visible, fue conectado a la historia del circuito ferroportuario que da origen a todo ese paisaje. Esbozos del porqué de los elevadores, la chimenea de la usina inglesa (oculta detrás de los eucaliptos), el castillo, la termo, la rambla; acercamientos a los porqué de los barrios y los entramados sociales que aparecen inmediatos a una razón productiva.

El frío nos hizo terminar la excursión exterior y entrar para conversar un poco más detenidamente sobre lo que habían escuchado hasta ese momento. Sobre los espacios vacíos que quedaban entre las imágenes de la gráfica pavimental de Carlos Mux, con lápiz y papelitos a mano, se plantearon lugares que posiblemente debieran estar en el momento de poder decir dónde se siete ubicado cada uno. Si pensamos, desde Ferrowhite, en la razón de identificar (y entender por qué está) aquello que nos rodea, y consideramos importante, del mismo modo, que cada uno pueda empezar a pensar qué cosas son vitales para la coexistencia de todos ellos y qué podría estar haciendo falta.

El primer dibujo de Luciana fue la 504. Mediante palabras, Sabri propuso un Instuto de castellano para extranjeros. Más centros comunitarios, fue lo que Maira escribió. Mary dibujó su casa. Stefy, se acordó cómo era la flor de liz de los scouts. De a poco, fueron saliendo distintos recortes del espacio existente y del imaginario. A pesar de nuestra ansiedad demoledora, algunas cuestiones interesantes comenzaron a charlarse.

El tiempo fue pasando entre las presentaciones personales (guiadas por Yanet), las acotaciones de los dibujos propuestos, los comentarios sobre las propias expectativas del taller y fijando los horarios para los nuevos encuentros. Entre un comentario y otro, nos contaron que les gustaría hacer un taller de teatro. Nos lo contaron, nos lo pidieron.

El lunes nos veremos en la escuela.Ya armamos las redes para empezar a invitar más chicos. Dicen Stefy y Maira que Fernando quiere venir pero tiene que venir con un amigo, Emiliano, y Emiliano quiere venir pero si son más chicos y Nahuelito, si viene Fernando y Emiliano seguro que va a venir.

Y el martes otra vez este equipo se junta a trabajar.