sábado, 19 de diciembre de 2009

DE LOS VAGONES REPARADOS EN TALLERES BAHIA BLANCA (CON CHIN CHIN Y TODO)



Los diferentes tipos de vagones que se hicieron, modificaron y repararon en Talleres Bahía Blanca Noroeste fue el tema que nos convocó a Mario De Simón, a Roberto Peñacorada y a mí.

Hablamos de muchos de ellos: desde los graneros con compuerta, a los tolva de descarga lateral y también, los tolva con descarga central; desde los fruteros ventilados a los fruteros frigoríficos; de las chatas de balasto al vagón todo-puertas para cargas paletizadas encargado por una de las empresas del polo petroquímico.

Hablamos de los cambios que se produjeron en el taller: cómo Calderería pasó a ser Metálica, cómo Plantel de Estopa se fue desactivando con la incorporación de los bogues integrales, cómo se reorganizó el trabajo en Tornería con la incorporación de los tornos polacos para el enllantado de ruedas; y cuáles fueron algunos de trabajos que se hicieron en cada sección: compuertas, correderas, perfiles para barandas, instalación de sistema de freno, entre otros.



 
Como un rompecabezas: el typesketch de vagones con notas de Mister Ingledew de 1953, los catálogos de vagones actualizados hasta 1989, manuales de reparación de bogues integrales, copias de contratos, instrucciones de reparación, fotografías,el manual de costos de producción del taller, todo esto se cruza con las experiencias y testimonios de De Simón y Peñacorada y con las de muchos de los ferroviarios entrevistados en estos ultimos tiempos.

Y con todo lo necesario para que las energías no falten, y el trabajo siga  (ay ay ay, ¡¡¡no puedoevitar el jueguito de palabras!!!!!) andando sobre rieles.

Chin chin.

martes, 15 de diciembre de 2009

ADRIÁN ROCHA


El castillo de la usina Gral San Martín fue construido en 1930 por una empresa suiza, y por cientos de albañiles, muchos de ellos italianos y españoles.

Pero ¿cuándo , y quién termina un edificio como este?

Adrián Rocha, por ejemplo, que llegó a Bahía desde Cohabamba, Bolivia, en 1966, y trabajó durante algunos años, entre 1969 y 1973 trabajó como albañil y yesero en el castillo.

Hoy, cuando Margarita detuvo la silla de ruedas en el parque para decirme lo que él apenas podía: "El trabajó acá, de yesero, hace años, hizo muchos arreglos", Adrián llorando, recibió un aplauso de todos los que lo acompañaban en la visita y mío.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

UN ASADO DE FIN DE AÑO EN EL TALLER DE GALPON WHITE - 1988

Foto: Néstor Pulles

¿Cómo se habitaba un espacio de trabajo como el de este taller como este, construido a principios de siglo por la empresa Ferrocarril Sud?

En el taller que está junto al galpón grande, en Galpón de Locomotoras de Ingeniero White, mecánicos, electricistas, movedores, hicieron su asado de fin de año en diciembre de 1988 bajo las cabriadas, frente a los ventanales de medio punto, y entre columnas para las transmisiones, chimeneas para fraguas y salamandras. Ellos son Espósito, Alvarez, Genovali, Colace, Gómez, Topa, el Ing. Munke, Pulles, Misevich, Eulech, Leyes, Di Falco y otros cuyos nombres ahora no podemos precisar.

viernes, 27 de noviembre de 2009

LOS TALLERES INVISIBLES





Talleres Bahía Blanca Noroeste, como muchos de los talleres construidos a fines de siglo XIX por empresas británicas, está rodeado de un extenso paredón, que se interrumpe solo en el sector de la antigua Estación Noroeste y en el área de playa de maniobras. El portón de ingreso, los galpones, la inmensa playa todo eso estuvo oculto, siempre, a la vista de quienes no trabajaban ahí.


¿Es sólo eso lo que los ha vuelto invisibles? Los talleres no aparecen mencionados en ninguna de las publicaciones-homenaje de principio de siglo en las que se habla de la ciudad, ni figuran en las diferentes guías comerciales ni tampoco en publicaciones más recientes dedicadas a la arquitectura, la industria y el patrimonio urbano local, opacados absolutamente por los siempre celebrados edificios del Mercado Victoria, los galpones vitivinícolas y el conjunto de chalets-estilo inglés de Colón y Brickman.


Desde el punto de vista edilicio los inmensos galpones de los talleres son parte –claramente- del mismo complejo. Tanto en unos como en otros trabajaron cientos de obreros. Entonces, ¿qué tuvieron los galpones del Mercado Victoria o los galpones de vino que no tuvieran los galpones de los talleres ferroviarios? Pues nada menos que esto: toneladas de lana, miles y miles de cueros, cientos y cientos de bordalesas de vino, la riqueza tangible, visible, ponderable, a punto de convertirse en pesos y pesos y pesos, en libras y libras y libras. Para que la circulación de toda esa mercadería, y de todo el cereal que llegaba desde los campos de la zona hacia los puertos de Ing. White y Galván parezca –como repiten una y otra vez los diarios de principios de siglo- un “milagro”, “obra de las hadas”*, en los talleres cientos de ferroviarios trabajaron incesantemente, a lo largo de casi cien años, en la reparación y mantenimiento de locomotoras y vagones, ocultos tras los paredones y los eucaliptos, invisibles como suelen ser las hadas o los artífices de los milagros.


* "El sordo ronquido de las sierras al morder el acero, los ejes relucientes, los tornos y las poleas que giran al parecer movidas por un hada invisible al resplandor de las hornallas y de las fraguas da una idea sugestiva de las secretas maravillas, de los prodigios de la mecánica y de los inmensos esfuerzos concurrentes que labran el progreso lento pero seguro de una población predestinada a ser una gran ciudad". LNP, 17-9-1905.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

UN BUQUE FACTORIA EN EL MUSEO TALLER

 

Un buque factoría.

Una cinta sin fin en la bodega-frigorífico encendida las 24 horas.

Sierras y cuchillos.

12 horas de trabajo por seis de sueño.

Mareas de dos meses.

Marcelo Bustos, marinero-cortador de pescado, vecino del Bulevar, 22 años, protagonista de la obra de teatro documental "Con tormenta se duerme mejor", que se estrena este sábado 21 de noviembre a las 20.30 hs en Ferrowhite.

Un texto y un video (imperdible) de Nicolás Testoni sobre todo esto en ARCHIVO WHITE



viernes, 6 de noviembre de 2009

¿DE QUIÉN ES ESTE RELOJ?


Mucha gente, cuando viene al museo, se maravilla al ver el espléndido reloj que está en la sala de muestra, y recuerda con nostalgia la puntualidad de los trenes de otros tiempos, y la belleza y precisión de los relojes (ingleses o franceses) que desde las estaciones de principio de siglo regulaban los ritmos de la vida misma de la ciudad y sus habitantes.

Sin embargo no fue ese el reloj que emocionó a Claudio Fabbi. Claudio fue tornero en TBB entre 1986 y 1992 y ahora tiene con su hermano una empresa de colectivos. Cuando vino el otro día trayendo un grupo de chicos de una escuela, recorrió el depósito y allí encontró el reloj que él veía todos los días, colgado de una pared, a casi cien metros de distancia, desde su torno.

Le das cuerda y anda perfectamente durante siete días, nos dijo, y abrió por detrás una puertita trampa, donde estaba la manecilla, todavía guardada.



Una y otra vez volvemos sobre este tema  Es que desde que empezaron a funcionar los talleres, especialmente las secciones fábrica, funcionaban en base al sistema de "contrata", o sea: en tantas horas, tantas piezas, por tanto dinero. Cada operación tenía su tiempo calculado, y el conjunto del proceso era seguido desde las oficinas centrales con un pizarrón en el que estaban indicados día a día con taponcitos de colores los pasos ya cumplidos, los que se estaban en ejecución y los que restaban aún.

Este sistema, puesto en práctica por las empresas británicas a principios de siglo, siguió implementándose, con modificaciones, cuando los ferrocarriles fueron del estado:
"La relación de las horas netas trabajadas y las horas disponibles de mano de obra determinan la eficiencia técnica del taller. Si relacionamos los importes de horas netas trabajadas y los importes de horas pagadas, obtendremos la eficiencia económica de la mano de obra. La productividad se mide con la relación de las horas netas trabajadas y las horas totales posibles de trabajar", decía Ferrocarriles Argentinos en 1970; el tiempo medido en horas-hombre es la variable fundamental para calcular los costos de los talleres,  en el Boletín de costos de Ferrocarriles Argentinos del año 1987.


¿De quién era este reloj?
¿El tiempo de quiénes marcaba?
¿Con qué tretas se le robaban minutos para el descanso, el mate, o los perritos?

¿Quién se lo quería llevar ese fatídico día (30-4-1992) en que 600 obreros de TBB y Maldonado recibieron sus telegramas de despido?
¿Cómo llegó al museo?

¿Quiénes manifestaron su conmoción al volver a verlo, después de estos años?
¿Qué sentido tiene que nosotros, en el museo, hoy, saquemos una foto como esta?

sábado, 31 de octubre de 2009

MARIO CHIARASTELLA: CARACOLES CON TUCO


Casi de casualidad, pasé ayer por lo de Mario Chiarastella. Lo encontré ahí en la puerta de su casa, con su bastón, me presenté y nos pusimos a conversar.

Que era mayor, ya sabía; incluso, mientras lo escuchaba hablar,  trataba de hacer mis cálculos; hasta que en una vuelta de la conversación me dice: en White nací, soy clase 1913.

Que trabajó en TBB, también sabía, pero hasta ahora no había conversado con nadie que hubiera ingresado ¡¡¡en 1939!!!, con la prueba que les tomaban a los carpinteros de vagones, el "machete escondido". Ahí estuvo, hasta 1972, en la sección 80, vagones, como jefe de playa y capataz general.

Hablar de los talleres, era lo que yo quería. Él me contó, sí, un montón de cosas y respondió con entusiasmo y mucho detalle a todo lo que yo le pregunté.

Pero lo que él quiso contar, lo que le iluminó los ojos hasta la emoción, fue el modo en que su señora Nélida y él preparaban los caracoles con tuco: iban hasta el parque frente a la estación Noroeste donde había rúcula (porque eso les daba mejor gustito que a los del patio de casa), y de ahí traían una buena bolsa de caracoles, los ponían en una caja cubierta con una malla metálica, y los purgaban dándoles de comer (a los caracoles) harina de maiz. A los diez días, la señora preparaba un tuco riquísimo, hervía los caracoles en una olla aparte, y cuando estaban cocidos, mezclaban todo y listo para comerlos.

También preparaba hasta diez damajuanas de aceitunas en salmuera por año, cosechadas de los olivos que plantó frente a su casa.

miércoles, 28 de octubre de 2009

EL PASADO COMO CONSTRUCCIÓN


El 1 de octubre de 1932 comenzaba a funcionar la usina General San Martín, o como la mayoría de los bahienses la conoce, “el Castillo” del puerto. Para celebrarlo, Ferrowhite presenta el próximo sábado a las 18 hs. una réplica (escala 1/100) de este monumental edificio, construida por nuestro amigo y colaborador Héctor Guerreiro.

Desde hace algún tiempo, el museo exhibe, junto a llaves, martillos y tenazas, artefactos que no provienen del pasado ferroportuario, sino que han sido producidos por los propios trabajadores para vincular ese pasado al presente. Esta maqueta continúa esa serie, bajo la idea de que en un museo taller el relato de la historia se convierte también en un acto constructivo. El armado de un castillo en miniatura apunta a tratar de entender cómo funcionaba la usina, al tiempo que nos invita a pensar en su recuperación y futuros usos.

Y decimos “réplica” solo por costumbre. A pesar del cuidado puesto en tantos detalles, esta maqueta no es una reproducción exacta de la realidad. El castillo de Héctor, a diferencia del original, se encuentra sano y estaría en condiciones de ser utilizado si los que transitamos este puerto midiéramos nuestra estatura en milímetros (pero ¿No nos ven así de chiquitos quienes planifican los destinos de este lugar?). Antes que una muestra de lo que ese edificio fue alguna vez, la maqueta de la usina representa un llamado a la acción: nos recuerda, a 77 años de su inauguración, qué castillo queremos.

lunes, 26 de octubre de 2009

PULLES

Néstor Pulles se presentó como un ex ferroviario curioso que venía a conocer el museo y sacar algunas fotos. Al final, nosotros terminamos prguntándole a él  -que trabajó en Talleres Maldonado hasta 1960 y en el galpón de White, en Superintendencia hasta 1992-  un montón de cosas sobre las locomotoras diesel-electricas, sobre los locales que corrieron hasta fines de los  80, y sobre  ferroviarios que no podíamos terminar de identificar en algunas fotos.

Se fue en el 92, cuando empezaron los retiros voluntarios.

Cuando llegaron los privados, y vi que a los más capaces los dejaban ir -me dijo- me di cuenta de que eso así no estaba bien.

Nos prometió fotos de locomotoras: esperemos que elija en particular las que con más frecuencia andaban dando vueltas por estas vías  .

sábado, 24 de octubre de 2009

SECCION 73: TORNERIA

La tornería era la sección neurálgica, dijo Claudio Fabbi (tornero en TBB entre 1986 y 1992), por acá pasaba todo lo que se hacía en el taller.

Y entramos directamente en lo que queda del galpón de la sección 73, tornería:


Nos mostró dónde estaba la fresa, la lesadora, cada uno de los tornos, el torno polaco, los tornos revólver, un torno muy antiguo que ya no se usaba más de la época de los ingleses, y la "cueva", en uno de los ángulos del galpón, donde se juntaban en los ratos de descanso a tomar mate y a charlar, como si hubiéramos estado recorriendo su casa:



Nos explicó, como si todavía esas fueran sus tareas habituales, cómo se enllantaban las ruedas de vagones, cómo se agujereaba el disco, cómo se torneaba el perfil de cada rueda, cómo hacían los stays, qué materiales y qué herramientas eran necesarias, qué sandwich había que darle al herramentista para que te diera lo que necesitabas, qué bromas le hacían al que prendía primero la salamandra. Nos describía cada máquina no solamente con palabras sino mostrando su envergadura y volumen con sus propios brazos, su funcionamiento o desplazamiento, con el movimiento mismo de su cuerpo.
Después recorrimos el taller: pasamos por el comedor, por el galpón de montaje y la herrería. Nos contó, además, un montón de anécdotas.

Muchas cosas pensábamos Nicolás y yo mientras caminábamos con él por entre los escombros:

¿Quién destruye así sus cosas, ni siquiera cuando ya no le sirven?
De todos modos: ¿quién dijo que este taller no servía?

La violencia ejercida en cada uno de esos muros, de esos tejados, de esas maquinarias, no hace más que hacer evidente la violencia que se ejerció sobre todos los que trabajaban ahí, que tenían su oficio, su saber, su experiencia, sus esperanzas, y también sus amigos, sus compañeros; y también la violencia con que se destruyó lo que nos pertenecía a todos, no solamente las construcciones, las maquinarias o los materiales sino el trabajo mismo que ahí se hacía, vital para el funcionamiento del ferrocarril (servicios de pasajeros, cargas de todo tipo hacia el puerto de Ing. White, hacia otras zonas de nuestro país) y de la economía regional.

Cuando uno recorre, o habla sobre el taller con personas de más edad, ferroviarios de toda la vida, el dolor por la destrucción nace de la pena de ver en ruinas esos espacios en los que transcurrieron treinta, cuarenta años de sus vidas.

Los que, como Claudio tenían 29 años cuando se cerró el taller, pasaron unos pocos años ahí; ahora trabajan en otras cosas (casi nunca ligadas al oficio), pero tal vez, hoy todavía, a los 46, estarían ahí, trabajando.

miércoles, 21 de octubre de 2009

TREN PARA TODOS


Esta mañana estuvo el maquinista Roberto Ricco, que trabaja en Ferrosur, y nos dejó esta invitación.

domingo, 11 de octubre de 2009

TERMINUS AD QUEM: EL TORNO POLACO

Instalación del torno polaco en la seccion tornería, TBBNO, 1989
(Foto: Archivo DS) La referencia de la foto acá:



Año 1989 
Después de varios años de demora en la aduana del puerto de Buenos Aires, llega a Talleres Bahía Blanca el torno polaco. Ya el edificio de la sección tornería ha sido convenientemente acondicionado: durante tres meses, a pala y carretilla se cavó un pozo de 2,50 m de profundidad, se quitaron varias máquinas en desuso,se abrió en uno de los laterales un nuevo portón para que puedan ingresar esas 22 toneladas de maquinaria.
La operación para instalar el torno no resulta sencilla (150 durmientes de quebracho como bancada, 4 gatos Joyce, un sistema de rodillos para desplazar el torno hasta el lugar exacto), pero cuando calza y queda definitivente fijado en su sitio, se instalan los programas en la computadora de control, se enciende, se prueba y empieza a funcionar uno de los aparatos más sofisticados de los talleres: 22 pares montados de ruedas pueden ser torneados en un turno, se pueden seleccionar y programar tantos perfiles diferentes como tipos de rueda - B1, vagón de carga, de pasajero, de locomotora diesel-.

Año 1990
La cantidad de ejes para tornear que llega al taller es cada vez menor. Empiezan los retiros voluntarios y las jubilaciones anticipadas. El torno pasa varios meses inactivo, cubierto con su protector especial hasta que se junta un número de ejes tal que justifique encenderlo y hacerlo funcionar.

Año 1992
Talleres Bahia Blanca Noroeste pasa a manos de Ferrosur. Se supone que el torno polaco es desmontado y llevado a Olavarría. Los otros tornos de la sección 73 so n cortados a soplete y vendidos como chatarra. En pocos meses el taller queda literalmente desmantelado.

Año 2008
Llega al museo esta foto pero a la persona que la trae le resulta dificil precisar la fecha en que fue tomada (¿mediados de los 80, tal vez?). El editor del libro El tiempo y los relojes (Vacasagrada, Bahía Blanca, 2008) incluye esta imagen como apertura del capítulo "El tiempo en los talleres ferroviarios", referido al control del tiempo de trabajo en la estructura fabril en pleno funcionamiento.

9 de octubre de 2009
Claudio Fabbi, 45 años, tornero de la seccion 73 entre el 30 de abril de 1986 y el 30 de abril de 1992, se reconoce en la foto (el tercero desde la derecha), le pone fecha exacta y cuenta con minucioso detalle cómo funcionaba y cómo se manejaba este torno, desde su instalación hasta que fue desmontado.



Hoy el significado de esa foto cambia: no es solo una imagen cotidiana de trabajo, sino la imagen (paradójicamente) emblemática del momento preciso en que el final empezaba a precipitarse.
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He aquí la base del torno, fotografiada el 22 de octubre, casi desde el mismo ángulo. Obsérvese la fosa, el pozo central donde se acumulaba la viruta, la vía lateral hacia la derecha por la que salían los pares montados ya torneados, el lugar desde donde filma Nicolás Testoni (que es casi el mismo en el que aparece el ingeniero Di Matteo), y el sitio en el que posa Claudio Fabbi, veinte años después.

sábado, 10 de octubre de 2009

METODOS


Foto tomada en el paredón sur de los Talleres Bahía Blanca Noroeste frente a la calle Blandenguez. La imagen representa el deseo de los vecinos de que la calle sea abierta, atravesando el paredón, lo que queda del galpón de montaje.


El proyecto, ahora, es escribir sobre los Talleres Bahía Blanca Noroeste.

Uno empieza preguntándose ¿cómo se destruyó todo esto en tan pocos años? ¿por qué? ¿Dónde están las maquinarias, herramientas, repuestos, ladrillos, tejas? ¿Dónde están quienes trabajaron acá? ¿por qué no hubo resistencias, intentos de reapertura o reactivación, formación de cooperativas?

Estamos retomando ahora una larga serie de entrevistas hechas desde hace cuatro años, y entrevistando a muchas otras personas que en distintos momentos trabajaron en TBB y entonces uno se cuestiona:

¿Cómo hacer para no quedar atrapado/a en la versión de un pasado recortado por la distancia, idealizado por la propia nostalgia de la juventud de quienes hablan, mistificado por el contraste con un historia reciente que a duras penas pueden decir? ¿Cuánta resistencia interna hay que oponer a los relatos minuciosamente apocalípticos para seguir pensando que sí vale la pena tratar de entender y decir qué fue lo que pasó?

¿Cómo contrarrestar las explicaciones exaltadas, moralizantes y asbolutas (tipo "los argentinos somos así, no podemos tener nada", "los políticos son todos unos hijos de puta"), los desplazamientos tranquilizadores (por ejemplo, espantarse por los edificios mismos en ruinas ), o los juegos de victimización/demonización de quienes tuvieron que ver en esto?

¿Cómo contrarrestar lo más fuerte, lo más pregnante, lo más cómodo para todos, con respecto a este tema, cómo contrarrestar la tendencia al borramiento y al olvido?

martes, 29 de septiembre de 2009

COMEDOR DE LA SECCION MONTAJE TALLERES BAHIA BLANCA NOROESTE


Una cocina económica para los churrascos.
Un círculo cerrado para comprar televisores color.
Un círculo cerrado para comprar mercadería al por mayor.
Rifas durante un año para comprar una heladera cuatro puertas, las cacerolas, los cubiertos para sesenta.
Las estanterías para armar la despensa.
Los pelapapas.
La máquina para hacer puré fabricada en el taller.
Las Medias reses o vacas enteras.
La mortadela.
14 mesas de a 4.
Los sesenta o setenta "socios", compañeros del taller que comen ahí.
El dinero recaudado mensualmente que tiene que alcanzar para hacer todas las compras.
Las arandelas con el apellido de cada uno para las botellas de vino o gasesosa que se guardaban de un día para otro en la heladera.
Los turnos para lavar los platos y limpiar.
200 gallinas en el gallinero detrás del galpón (con aserrín del aserradero para que queden ahí los huevos).
Dos veces por semana milanesas.
La sopa con hueso, chiquisuela, zapallo, papas, zanahorias, batatas, con fideos o arroz.
Guiso.
Pastel de papa.
Marineras.
Tortilla al horno.
Los sábados, bife o asado a la parrilla con papa al horno.
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Los organizadores, administradores y cocineros del comedor de la sección montaje en Talleres Bahía Blanca Noroeste: Reginaldo Castro, Carlos Mérigo, y Antonio Galié.
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Juguadores de fútbol
Socios y dirigentes de sus respectivos clubes: Mérigo del Club Dublín, Galié,en el Club La Armonía y Castro en el, Club Porteño
Compañeros y amigos desde hace más de cincuenta años. 
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Esto es lo que queda de una de las paredes del comedor. Observen cómo está pintada.

lunes, 28 de septiembre de 2009

EL PORTON DEL INGENIERO PERSICHINI


Foto: Analía Bernardi
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Fui a preguntarle por la puerta del taller Noroeste, al Ingeniero Alberto Persichini, y por ahí, a través de ese portón que él proyectó y que fue hecho con tubos de locomotora en la sección calderería a fines de la década del 50 entramos al taller, a la sección tornería, y a la promoción fundadora de la Universidad Obrera (después de 1955, la Universidad Tecnológica Nacional), y a la construcción de puentes grúas, y a la instalación de agujereadoras, fresadoras, tornos húngaros, checoslovacos y rusos en Talleres Bahía Blanca Noroeste, y a los talleres de Spurr, en 1965, proyectando y supervisando la instalación de todas las maquinarias (tornos, balanceadoras dinámicas, impregnadoras de bovinados, máquinas de agujerear, cuatro grúas puente de fabricación nacional) hasta 1974, en la oficina de Control y Método.

De los edificios quedan solo ruinas, pero la puerta hacia el taller, hacia todo lo que constituyó el taller, sigue abierta.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

COMO CIRCULA UN LIBRO DE HISTORIA

¿Para quién se escribe un libro de historia? ¿Quiénes lo leen? ¿Cómo lo reciben?

Antonio Martínez visita a sus amigos y les lleva una fotocopia del capítulo del libro de Juan Carlos Cena, Ferroviarios..., sobre la huelga de 1958 en Bahía Blanca e Ingeniero White.

sábado, 12 de septiembre de 2009

PERSONAL TBBNO


Ahora que todos se preocupan por los (ya desmantelados) edificios de los Talleres Bahía Blanca Noroeste, nosotros nos preguntamos por el taller.

El taller no era solamente (ni mucho menos) los edificios de los galpones, la playa y las herramientas.

¿Qué eran, cómo funcionaban estos talleres?
¿Cómo funcionaba esa formidable "maquinaria" humana de 1200 personas?

Para hablar de estas cosas el viernes 11 estuvimos con quien fue durante 30 años jefe de la Oficina de Personal de TBB, Antonio Martinez y con Mario De Simón, en el museo, mirando (lo que sobrevive de) los libros de registro de aprendices, peones, oficiales, capataces, revisadores de vehículos, jefes y ordenanzas de los Talleres Bahia Blanca Noroeste (registros que van desde que estuvo a cargo el BAP (1904-1925), pasando por el Ferrocarril Sud (1925-1948) hasta que fue Ferrocarriles Argentinos (con varias denominaciones hasta 1992).

A ellos les pregunté:

¿Cómo se manejaba el equilibrio entre la letra de los reglamentos, y la realidad de cada una y del conjunto de esas 1200 personas?
¿Cómo se ingresaba? ¿Cómo y por qué causas algunos se (o los) iban?
¿Qué rol jugaban las comisiones de reclamo y el gremio en estas cuestiones? ¿Cuál era el grado de autonomía con respecto a la gerencia de la empresa ferroviaria para la toma de decisiones referidas a cuestiones de personal?
¿Qué pasó con los contratistas privados?
¿Por qué el plantel de personal se fue reduciendo cada vez más?

¿No será que el desmantelamiento de los edificios es consecuencia del desmantelamiento del taller como estructura humana y de trabajo?

domingo, 30 de agosto de 2009

30 DE AGOSTO - DIA DEL FERROVIARIO


Un homenaje para todos los ferroviarios, los de antes y los de ahora.

sábado, 22 de agosto de 2009

UN CAPITULO QUE NO ESTA CERRADO: LA HUELGA DE 1958 EN BAHIA BLANCA E ING. WHITE


1) Ayer, Antonio "Chiquito" Martinez, de Talleres Bahía Blanca Noroeste, ferroviario desde 1947 hasta 1994, hojeaba el capítulo "La (larga) huelga de 1958 en Bahía Blanca e Ingeniero White" en el libro de Juan Carlos Cena, Ferroviarios, iba leyendo algunas partes, y entonces me empezó a contar cómo fue que él también estuvo ahí, que los presos les tiraban los colchones y que cuando llegaron a la Base les dieron soja con agua para comer (detalle que hasata ahora nadie había mencionado).

2) Hoy encuentro este comentario en la entrada "1 de diciembre 1958: Concentráronse..."

Cuando yo tenia 7 años, mi padre fue detenido por este hecho, primero lo llevaron a la base naval de Puerto Belgrano, y luego fue trasladado a la Escuela Mecánica de la Armada, donde paso 8 largos meses detenido, a mi viejo le decian NEGRO y el apellido era Depietri. 22 de agosto de 2009 10:23


Fueron 4000 (calculan) los ferroviarios que caminaron por alem hasta el regimiento, muchos más los que tuvieron que trabajar en los talleres, galpones y estaciones militarizados, otros (cuyos nombres aun no conocíamos, como De Pietri) que estuvieron presos durante todo ese tiempo. ¿Quiénes son los que todavía no han contado su historia?

¿Y en la huelga de 1961, la de los 42 días, qué pasó, cómo lo pasaron los ferroviarios de Bahía Blanca e Ingeniero White?


Entre la anécdota individual, aislada, y circunscripta a detalles como el calor, el viento sur, el amontonamiento en la celda tal o cual, el "matecocido a la mañana", y la referencia abstracta y general a las huelgas y al proceso de paulatino desmantelamiento del sistema ferroviario, ¿es posible pensar un espacio común para la construcción de una historia local que se articule, cada vez con más precisión y presencia, en algunos de los relatos más abarcativos de la historia de los ferrocarriles, del movimiento obrero y de las transformaciones de la sociedad argentina de los últimos cincuenta años?

viernes, 14 de agosto de 2009

FERROVIARIOS, EL ULTIMO LIBRO DE J. C. CENA

Juan Carlos CENA,
Ferroviarios: sinfonía de acero y lucha,
La nave de los locos, Bs As, 2009, 512 páginas.

Una historia de las organizaciones sociales y gremiales ferroviarias y de las huelgas ferroviarias entre 1896 y 1992, dedicada por Cena "a todos mis compañeros ferroviarios que lucharon y luchan por un ferrocarril al servicio del pueblo".

Cuando a fines de 2006 Juan Carlos Cena, ex ferroviario y autor de El guardapalabras (1998) y El ferrocidio (2003) leyó en el blog Archivo White uno de los textos relacionados con la primera experiencia de teatro documental "Nadie se despide en White", en particular lo que cuenta Hugo Llera sobre la huelga de 1958, nos invitó a participar de su libro sobre las organizaciones y las huelgas ferroviarias.

Así, como pasajeros invitados al tren de este libro, raudamente conducido por Cena, aportamos el texto "La (larga) huelga de 1958 en Bahía Blanca e Ingeniero White", que forma parte del capítulo "Las primeras resistencias ferroviarias".

En cuanto pueda posteo el índice y un párrafo de la introducción que me gustó mucho:

"Esa tradición nos llega desde los socavones de la historia del movimiento obre­ro. En 1896, cuando estalla la primera huelga general ferroviaria, que comenzó en los talleres de Tolosa y tuvo como redactor de las proclamas de la huelga a José Ingenieros, los ferroviarios rechazaron, con firmeza, introducir en el convenio colectivo de trabajo el problema de la competitividad, en esa época se llamaba "tarea", porque creaba dentro de los trabajadores una división. Era la introduc­ción de conductas egoístas a través de la competencia en el trabajo."

jueves, 6 de agosto de 2009

PALABRAS CRUZADAS (Y EN EL MUSEO TALLER EL TRABAJO NO SE DETIENE)



Otra instancia del debate, en Un documental en vivo.
Mientras tanto, en el museo taller, el trabajo no se detiene.

martes, 21 de julio de 2009

OH, BAJA EL DEDO DIDACTICO!

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En un artículo publicado hace poco más de una semana en la revista virtual Planta, Lucía Bianco y Luciano Campetella evalúan tres experiencias culturales en comunidades del sur de la provincia de Buenos Aires. Entre ellas se encuentra Archivo White, el proyecto de teatro documental que desarrollamos en el museo.

Dado que discutir en detalle el texto de Lucía y Luciano excede las dimensiones habituales de un post, preparamos una página especial con nuestras notas de lectura, a la que se puede acceder haciendo click acá.
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jueves, 9 de julio de 2009

ROMULO MANDOLESI: 9 de marzo de 1920 - 8 de julio de 2009

Las tres cosas al mismo tiempo: tornero en Talleres Bahía Blanca Noroeste, activo militante del Partido Comunista y dirigente de Unión Ferroviaria.

Era un excelente tornero, y una persona absolutamente recta, al frente de la comisión reclamos, recuerda quien en esos años era el segundo jefe del taller.

Estaba siempre preso, recuerdan algunos de sus compañeros. En los registros de personal de los Talleres Noroeste las fechas de su ingreso, cesantías y reincorporaciones nos permiten sospechar cuándo y en qué circunstancias pudo haber estado en la cárcel o prófugo, escondido, a causa de sus ideas y su militancia: ingresó al taller en 1942 pero quedó cesante en 1954; fue reincorporado al servicio en el taller el 15 de octubre de 1955, pero el 29 de noviembre de 1958, cuando ya se preparaba la movilización militar del personal ferroviario a causa de la aplicación del plan Conintes, quedó cesante de nuevo; cuando se levantó la militarización de los talleres volvió, en agosto de 1959, pero en febrero de 1972 quedó nuevamente afuera; fue reincorporado en 1974. Su última y definitiva cesantía fue firmada en 1976.

Estuve conversando con él hace dos años en la puerta de su casa, en mayo de 2007. No quiso que le saque fotos, pero me regaló algunas de cuando era muy joven.

A dos lugares volvían una y otra vez sus palabras: a la sede del Partido un día (no podía precisar cuál) que llegó de improviso la policía federal y revolvió todos los papeles; y a la celda de una cárcel (no podía precisar cuál, aunque sí recordaba la estructura radial de los pabellones) con una ventana muy, muy pequeña desde la que veía el cielo y los pájaros que pasaban volando.

lunes, 22 de junio de 2009

jueves, 18 de junio de 2009

¿QUÉ ES EL PATRIMONIO?


La mayoría de los objetos que aloja este museo no fueron donados por el -hasta 1992- Ferrocarril Nacional General Roca. Tampoco por los concesionarios privados que vinieron después. Estas cosas están acá, hay que reconocerlo, porque algunos ferroviarios supieron tomarlas del lugar en el que estaban y con, o sin, el visto bueno de sus jefes inmediatos, lograron llevárselas a su casa. A nadie se le ocurriría decir, sin embargo, que las robaron. Estiraron la mano cuando ya se veía cuál iba a ser el destino de la empresa estatal, es decir, cuando fue evidente que el verdadero robo era aquel que ocurría con firma de ministro y a la vista de todos. Es cierto, no todo el que se llevó algo lo trajo al museo después -hay demasiados faroles de guarda adornando quinchos y fogones-, pero también es cierto que si en el museo no exhibimos una locomotora se debe, en definitiva, a que nadie encontró la manera de hacerla caber en un bolso. Al menos por ahora.

Una de mis primeras tareas en Ferrowhite consistió en acompañar a Cristian Peralta y a Adolfo Repetti en busca de un lote de herramientas arrumbado en el Hotel de Inmigrantes de calle Saavedra. Me acuerdo porque traerlas costó. Esos fierros pesaban. Fue durante una de aquellas excursiones que ayudando a cargar una bigornia sobre la camioneta de la Delegación, sentí por primera vez el dolor de cintura que cada tanto me recuerda la trágica obviedad de que no seremos jóvenes ni estaremos vivos para siempre. La bigornia podría haber terminado en una fundición y mi cintura, junto con mi sentimiento de eternidad, hubieran permanecido a salvo, al menos por un tiempo. Pero no, vino a parar acá. TAN, TAN, TAN, martillan con empeño los chicos de las escuelas que Ana guía. TAN, TAN, TAN, los visitantes domingueros que llegan al museo para descubrirse mortales. Y acaso resultó así porque quienes en los años noventa lograban la pequeña proeza de robarle al ladrón, entendían además que la porción escamoteada del botín no formaba parte exclusiva de su interés o memoria personal, sino que funcionaba también como el nexo necesario con una historia considerablemente más amplia.





En una Argentina en la que el significado de “lo público” sufría un giro tenebroso, en la que el desguace de la empresa ferroviaria estatal se llevaba a cabo -esto también hay que decirlo- con la anuencia de buena parte de la "familia ferroviaria" y la abierta complicidad de sus cúpulas sindicales, ferroviarios como Adolfo Repetti nos dejaban, con su tesoro, una pregunta difícil de responder: ¿De qué somos dueños en este lugar? Pregunta complicada, porque en tanto sobre los objetos sí se puede, sobre el interrogante no parece posible colgar ninguna etiqueta de inventario. De su vitalidad, se me ocurre, depende el modesto potencial político de este museo estatal. De la capacidad de bocetar lo común a partir de cuestionar el destino supuesto, el descontado natural reparto de los bienes producidos por nuestra sociedad.

Lo digo por si alguien todavía no lo notó: algunas de las llaves de locomotora que Pedro Caballero saca del depósito de Ferrowhite para contar su vida, se parecen mucho, pero mucho, a signos de pregunta.

viernes, 12 de junio de 2009

miércoles, 10 de junio de 2009

ARCHIVO CABALLERO


Ferroviario del Galpón del Locomotoras Ingeniero White, dj y locutor en la pileta del Club Comercial, Pedro Caballero arma los artefactos de su patio en escena, lista el nombre de presidentes y ministros del ‘55 para acá, y traza, con tuercas y bulones de nuestro depósito, el mapa de su infancia en Puerto Galván. Todo bajo la mirada atenta de Natalia Martirena.

Lo que sigue es un fragmento de "El éxodo inmóvil", texto de Marcelo Díaz publicado en el último número de la revista "Otra parte".

Sobre el final de Archivo Caballero, segunda obra del proyecto Archivo White, Pedro Caballero reconstruye en escena parte de su patio: sobre un pie de ventilador (tres patas con rueditas) acomoda una cubierta de automóvil, luego un caño de ventilación de aproximadamente metro y medio sobre el que calza un fierro oxidado en cruz; en cada brazo de la cruz coloca un par de tapas de cacerolas, una azul, una verde oscura, y en el extremo superior una lata blanca con un estampado de pequeñas manzanitas rojas, rematadas con un casco de seguridad industrial y un gorro azul para protegerse de la lluvia. El artefacto parece de lejos una señal ferroviaria, o, según se lo mire, una especie de autómata. Pero los contornos antropomorfos del objeto se desvanecen cuando Caballero agrega al conjunto un viejo monitor de computadora, que no se apoya sobre su soporte, sino que lo hace sobre la pantalla, que da directamente contra el piso. Luego coloca sobre el monitor un cubre llanta plateado de Fiat Siena y hace salir de uno de los costados una gruesa manguera de aspiradora que se conecta al pie del ventilador y viene a establecer un extraño circuito por el que habría de circular no sabemos bien qué.


En medio de esta instalación Pedro Caballero se sienta sobre una silla también intervenida (el respaldo se encuentra cubierto por un saquito de mujer de lana azul con motivos blancos en puños y bolsillos), y dice: - Todas las tardes me siento a leer algún tomo de la Historia de la Segunda Guerra Mundial, o repaso en mi memoria todos los presidentes argentinos y sus ministros… me siento entre los adornos. Los adornos son Artefactos. Y la definición que se nos da de artefacto es, más o menos: - artefactos que hago yo, en el patio, y me acompañan. Acabamos de asistir al montaje de uno.

Pedro Caballero, jubilado ferroviario, vive en un par de casillas de chapa y madera de las antiguas colonias ferroviarias de Ingeniero White. Su verdadero hábitat, sin embargo, es su patio, que recuerda de algún modo el Merzbau de Kurt Schwitters. A la manera del Merzbau, el patio es una suerte de ensamblado en expansión que, como un organismo, crece desde el interior de la manzana hacia la calle, y llega a reproducirse en Ferrowhite. A golpe de vista es un depósito de chatarra, sin embargo, si se lo mira con detenimiento se descubre que la promesa de un orden vincula a los objetos. Por algún motivo que se nos escapa y a la vez nos interpela, es evidente que el lugar de la cubierta es sobre la pata de ventilador, y el de la tapa de llanta de Fiat Siena sobre el monitor boca abajo, aún cuando la tapa insista en deslizarse una y otra vez interrumpiendo la obra. La instalación es precaria e inestable. Como las performances de los intérpretes del proyecto Archivo White de teatro documental, se encuentra bajo permanente amenaza: la posibilidad del error está presente de principio a fin, es un elemento de tensión continua.

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El próximo sábado 13 de junio, a las 19 hs., se realizará en el museo una nueva función de “Archivo Caballero”, segunda obra del proyecto de teatro documental “Archivo White”, en el que trabajadores del ferrocarril y el puerto llevan sus vidas a escena.

martes, 9 de junio de 2009

TALLER DE DOMINGO: BOLSOS Y PARCHES

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Un taller Express donde Maira, Mica, Pao (que vino con su hermanito, Darío), y Mica (la prima de Mari) enseñaron lo que habían aprendido en el Taller. Usando stencils, con plantillas que habíamos hecho entre las chicas y nosotras, se invitó a todos los pequeños visitantes a participar de la actividad: sobre un parche estampaban con esponjas y después se los llevaban para poner en algún almohadón, en alguna remera, en donde gusten.



La consigna también fue que llevaran sus propias prendas para estampar y algunos chicos sí lo hicieron: remeras y buzos con castillos, locomotoras y "FERROWHITE".

Maira, Pao y las "Mica" nos ayudaron un montón explicando a los más chiquitos y ayudándolos pegando las plantillas, buscando los colores y arremangándolos. En los ratos que podían, estamparon ellas también sus futuros bolsos (que la tía de Maira va a coser).

Sofi sostiene su obra.

El taller fue un éxito.

domingo, 7 de junio de 2009

RETRATOS DEL TALLER EN EL NUEVO BLOG

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Hace poco lanzamos el nuevo blog del Taller de Vestuario Crítico: "Vasaescucharmiremera". Con la idea de poder irles contando todo lo que va pasando en el horario del taller, de las cosas que sucedan por fuera de cada encuentro, quiénes son las chicas y, sobre todo,poder ir entendiendo por qué un TALLER-de-VESTUARIO-CRITICO-en-BULEVAR.

Ahora, está actualizado con los "perfiles" de Maira y Mica, con textos escritos por ellas.

Quién es quién (en el Bule y en el taller).

Pasen y vean, lean y comenten si quieren,en vasaescucharmiremera.blogspot.com

jueves, 28 de mayo de 2009

FW EN LOS TALLERES MALDONADO CON CACHO MONTES DE OCA

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Esta vez no se trató de caminar entre los escombros. Los Talleres Maldonado siguen funcionando, a cargo del servicio ferroviario provincial: guinches, grúas, tornos, máquinas soldadoras.

Y no fue necesario que Cacho Montes de Oca tuviera que evocar a sus compañeros y amigos. Al volver al taller en el que se jubiló hace 25 años abrazó a varios que fueron compañeros suyos, saludó a los hijos de otros conocidos de toda la vida, se presentó ante unos muchachos muy muy jóvenes que trabajaban encaramados a la locomotora.

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Recorrimos juntos la nave central, el taller, la fosas donde se arreglan los bogues; y nos contó la anécdota del supervisor que se cayó del puente grúa sin hacerse nada, nos llevó a la que fue durante muchos años su oficina, nos mostró los tornos húngaros que llegaron al taller cuando él recién entrabra. Todavía están funcionando.
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Como si después de un apocalipsis, uno encontrara con sorpresa que un pequeño reducto de la vida precedente sigue en pie, con un aire de otro tiempo, con una fortaleza siempre a punto de desmoronarse: estos edificios parecen sí, sobrevivientes; quienes trabajan ahí lamentan todo el tiempo la falta de recursos suficientes; la canibalización de máquinas y locomotoras para que otras puedan seguir en marcha.
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Pero hay algo que increíblemente parece ser una rémora de un pasado no tan distante en el tiempo, algo que a nosotros ya nos había impresionado en nuestra visita anterior, y que ahora Cacho no deja una y otra vez de remarcar mientras recorremos las secciones y conversamos con los operarios: el trabajo en conjunto, el compañerismo y la camaradería, el orgullo de tener un trabajo como ese, de empeñarse hasta que las cosas salgan y funcionen, a pesar de las dificultades.

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Esta vez sacamos pocas fotos porque el objetivo de la visita fue preparar el registro para uno de los videos que Nicolás Testoni prepara para el museo.

martes, 26 de mayo de 2009

4 HORAS EN 24 SEGUNDOS Y 3000 CARACTERES

El 16 de mayo, durante la última Noche de los Museos de Bahía Blanca y recordando al 1 de Mayo, Ferrowhite se propuso agasajar a quienes trabajaron en los talleres ferroviarios, en la ex usina Gral San Martín y en el puerto, con una noche de tango, teatro documental, sorteos y picada ferroviaria.




La actividad se inició a las 20 hs. con la presentación de ARCHIVO CABALLERO, un documental en vivo, la más reciente producción de Archivo White, el taller de teatro documental que se desarrolla en el museo desde 2006 con el asesoramiento de Vivi Tellas. Tras cuarenta minutos de vida en escena, de ver cómo se materializaba un plano de Puerto Galván con herramientas del depósito del museo, de escuchar la programación de la radio de Comercial con la publicidad del Bar La Colorada y seguir el ritmo de Zapatos rotos de Francis Smith, los asistentes aplaudieron a rabiar a Pedro Caballero, ferroviario, mecánico ajustador en Galpón White y Talleres Maldonado, dj y locutor del Club Puerto Comercial, intérprete de la obra, y a Natalia Martirena, directora de la misma.
Mientras tanto, en el taller, en un escenario levantado tras un miriñaque de locomotora, el maestro Aníbal Vitali interpretaba tango tras tango, algunos a pedido, conversando con la gente, creando un clima especial, como el que supo generar en los talleres Spurr, cuando trabajó como ferroviario y tocaba el bandoneón para sus compañeros. Otro que trabajó en un taller (en su caso Galpón White) y mostró su arte a la concurrencia fue Hugo Llera, que llevó al museo herramientas, relojes, asistentes y palomas. No, Hugo no es mago, es colombófilo, y eso es más o menos lo que estuvo explicando: cómo desde una modesta casa en el Bulevar es posible criar palomas que ganan premios a nivel nacional.
La llegada a las mesas de la abundante picada ferroviaria y los pingüinos con vino blanco y tinto fue recibida con aplausos, los que se redoblaron y alcanzaron el climax con la entrada triunfal y muy celebrada de las empanadas de carne. Momento propicio para recibir a La Puñalada, que caldeó el ambiente con su repertorio de tangos reos y milongas. Como dijo Roberto Orzali “había sed de cultura... y de vino, y bastante hambre también”. Con el arribo de los colectivos de turismo el taller alcanzó el pico de público, alrededor de trescientas cincuenta personas, y se realizó un sorteo de remeras estampadas por el grupo de chicas de la Escuela 21, que martes y miércoles concurren a Ferrowhite para participar del Taller de Vestuario Crítico. En la Noche de los Museos se mostraron, a través del sorteo, las primeras producciones del taller, pero habrá más.
Finalmente, el dúo Mansilla – Canale, guitarra y bandoneón, acompañó a Pedro Marto que cantó un vals y La Cumparsita, mientras algunos visitantes se animaban a sacarle viruta al piso de madera del taller bailándose unos tangos, y otros se acodaban a la barra para probar el vino caliente con canela y jugo de naranja que hizo que nadie se acordara del frío. Tan bien se pasó la noche y tal fue el efecto del vino caliente, que una vez que se bajaron las persianas de Ferrowhite la fiesta siguió en la Casa del Espía con la estrella whitense Sarita Capelletti, que acompañada por Patricia Martínez le dio a la noche el cierre de lujo que se merecía.

domingo, 24 de mayo de 2009

KILÓMETRO 55,180


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El pasado sábado dos de mayo Julia y Esteban cargamos el baúl del auto, subimos al perro y partimos rumbo a la ruta 35 en viaje de excursión ferro arqueológica. Después de media hora de marcha, a la altura en que el arroyo Sauce Chico atraviesa la ruta, bajamos por los caminos vecinales de tierra.

Desde allí se divisa la vía del Noroeste a Bahía Blanca (BBNO) y un edificio abandonado – Kilómetro 55,180- que en otros tiempos sirviera de parada para las locomotoras y trenes de carga (carga de cereal y ¿hacienda?). También se perciben las alcantarillas, debajo de las vías, hechas para evitar posibles inundaciones ante las crecidas del arroyo. Allá fuimos.

Cruzando a campo traviesa llegamos al antiguo complejo: un edificio sin techo pero con las paredes de pie, un árbol que reposa sobre una de ellas, un pozo de agua y un juego de cambios hecho en Liverpool.

Una vez allí descubrimos entre el pajonal una mínima playa de maniobras con algunos desvíos. Caminando la vía principal dimos con otro pozo de agua (o aljibe), con las señales respectivas, las alcantarillas y un puñado de tornillos, remaches y trozos de vía que han sido renovados. Las inscripciones que allí aparecen revelan los vaivenes del capital a lo largo del tiempo: BAP, NO, FCS, FCGR, FM, FA.

El día se apaga y decidimos retornar con los bolsillos cargados de tornillos y remaches. Justo antes de emprender la vuelta a Bahía sentimos el sonido del tren y vemos cruzar, sobre estas mismas vías que parecían dormidas, un carguero de Ferro Expreso.
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miércoles, 13 de mayo de 2009

lunes, 11 de mayo de 2009

DIA INTERNACIONAL DE LA VIANDA FERROVIARIA



En adhesión al Día Internacional de los Museos, Ferrowhite tiene el agrado de invitar a ud/s. a compartir UNA NOCHE EN EL TALLER.

Habrá sorteos, picada ferroviaria, brindis y los retratos ferroviarios de Hugo Llera, Pietro Morelli, Manuel Montes, Pedro Marto y Pedro Caballero. Amenizarán la velada la estrella whitense Sarita Capelletti junto a Patricia Martínez, el dúo de guitarra y bandoneón Mansilla - Canale, y el cuarteto de tangos reos La Puñalada.

Los esperamos en el museo el Sábado 16 de mayo a las 20 hs.

miércoles, 29 de abril de 2009

LOS CANGREJOS POR LAS CALLES DEL BULEVAR

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El primer afiche textil quedó adentro de la escuela, esperando que en los recreos los chicos se empiecen a enterar: la directora de la escuela dijo que las chicas de 7mo iban a tener que empezar a contarles a los demás compañeros.
El segundo, en la garita de la 500 cerca de la escuela. Los clavos no querían clavarse.
Y el tercero, en la salita médica de Bulevar.